El regalo que Jero le hizo a mi padre por su cumpleaños fueron tres entradas para el concierto que Serrat daba hoy en el teatro de la Zarzuela de Madrid. Mi madre quería que él también hubiese venido, pero Jero quería que fuésemos los tres. Mi hermano puede llegar a ser extraordinariamente generoso...
Me gustaría decir que la foto que acompaña mis palabras la he tomado yo, pero no dejaban pasar cámaras; asi que me conformaré con el privilegio de guardar este día en mi recuerdo.
En el conciero de hoy, Serrat ha cantado las canciones de los dos discos dedicados a Miguel Hernández, entre ellas: "Las nanas de la cebolla", "El niño yuntero"o "Para la libertad".
Destaco éstas porque son las que forman parte de su primer disco, son las que me han hecho llorar, con las que he crecido, las que han movido mis pinceles y mis entrañas y también mi interés hacia la figura del poeta.
Ha sido un día muy importante para mí, no podía parar de llorar escuchando los poemas y pensando las veces que he soñado con verle y que quizás esta experiencia no se vuelva a repetir nunca...
A Serrat le ha cambiado la voz y se le nota cansado, pero ha sido y es el maestro de mi maestro, que es mi padre y por eso le tengo una gran admiración y un profundo respeto.
Ellos me han enseñado a crecer, a valorar las cosas que importan y a ser mejor persona.
