En Semana Santa algo se mueve dentro de mí y me provoca escalofríos al ver los pasos y al escuchar las saetas, el tintineo de las campanitas que señala a los costaleros que tienen que seguir, los tambores, las velas... todo eso hace que me emocione.
Quizás por eso pensé en el concurso de fotografía de Semana Santa, de donde saldrá el cartel para el año que viene (y un jugoso premio, todo hay que decirlo).
Este año ha sido el primero que vivo las procesiones detrás de un objetivo, y aunque al principio tenía algo similar a la vergüenza, he acabado por sentirme cómoda, pensando que quizás en un futuro pueda dedicarme a la fotografía de forma profesional y que quizás haya encontrado mi camino y sea feliz mirando el mundo a través de una cámara.
Cuando mi padre ha visto esta foto en el ordenador me ha dicho: "tiene fuerza". Me ha parecido lo más bonito que me ha dicho en mucho tiempo.
Parece que ahora sí... aunque hasta que no lo vea publicado no me lo creeré!
ResponderEliminarYa no viene a cuento nada aquí, así que te diré...
¡Actualiza, perra!
^-^