sábado, 23 de abril de 2011
*In loving memory*
El otro día encontramos un gatito recién nacido en el chalet que tiene mi abuela en el campo (del que tantas veces he hablado ya...).
Al día siguiente seguía solito, por lo que pensamos que su madre lo había abandonado, asi que mi familia decidió que se venía para casa... a mí no me pareció buena idea por varios motivos, pero no dije nada... y no sólo no dije nada sino que me tocó cuidarle a mí.
Le daba leche con una jeringa, y sólo dejaba de llorar cuando le cogía y le daba calor...
Sabía que se iba a morir... un gatito recién nacido no sobrevive sin su madre... pero a pesar de todo, en dos días, le cogí muchísimo cariño... era mi monito... le daba besitos y le lavaba los ojitos con manzanilla.
Anoche, cuando fui a por él para darle de cenar, estaba tumbado de lado y no lloraba, ni se movía... lo cogí deseando que sólo estuviese dormido, pero seguía sin moverse...
Los ojos se me llenaron de lágrimas, mientras le masajeaba con un dedo la tripita y la zona del corazón; entonces el gatito empezó a respirar con dificultad, muy despacio... maulló muy bajito y se fue para siempre...
Yo empecé a llorar, primero por el gatito, pero cuando ya llevaba casi dos horas llorando, en realidad no sabía por qué lloraba...
Mi vida ha cambiado mucho en dos semanas, muchas cosas han perdido sentido y me está costando asumir muchas otras. Tengo miedo de volver a sentirme perdida y de volver a pensar que no sé qué quiero hacer con mi vida...
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Holaaaa cuánto tiempo!!!!! Que penita el gatito, pero bueno, piensa que tú hiciste lo que pudiste por él, y que al menos no murió solito. Besos ;)
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